Qué mejor que, a mi parecer, éste trabajo para darle la bienvenida a un artista limeño que "conocí" (virtualmente) en Artelista. Él es un artista autodidacta que aspira al hiperrealismo en sus trabajos, en síntesis pretende engañar hasta el ojo más agudo, planteándose la pregunta si realmente es un retrato a lápiz o una fría captura fotográfica.

Aquí el Autor da su propia descripción:

Hace un tiempo ,estaba a punto de dejar el lápiz, pero mientras leía un comentario de una colega llamada Lina y ademas de otras oportunas frases venidas desde muy lejos...

Volvi a tomar el lápiz y haciendo este retrato en agradecimiento , recordé un cuento que escuché de pequeño :
Cierto hombre se enamoró de una mujer que tenía los mas bellos ojos, pero endiabladamente bellos,Lina era morena y pálida, sus cabellos undosos se rizaban en la nuca con adorable encanto; los labios de Lina, casi siempre entreabiertos, eran muy rojos y bajo esos labios habían unos pequeños dientes tan blancos. Que iluminaban el rostro de Lina. Sus ojos eran de un corte perfecto, rasgados y grandes; debajo de ellos una línea azulada formaba la oreja y parecía como la tenue sombra de sus largas pestañas, sus sentimentalismos de muchacha romántica eran verdes; sus alegrías violetas; sus celos amarillos; y rojos sus ardores de mujer apasionada. La mezcla de tantos colores en sus ojos hacian que el hombre cayera de tanta impresión, la amaba pero no soportaba ni unos segundos mirarla a los ojos, aun así su amor era más fuerte, y pidió su mano. Aunque cierto día mientras la besaba el le pedía que cerrara sus ojos, ella pensaba que le ocultaba algo, acaso la engañaba, lo interrogó, insistió llorando para que la mirase...
No me beses, mírame, mírame!, decía.
No te miro, porque tus ojos me asesinan; porque les tengo un miedo cerval, que no me explico, ni puedo reprimir . Lina se retiró llorando.
Faltaba poco para su boda, pero dias antes cayo enferma, el muy preocupado fue a visitarla a su alcoba, la vio junto a su ventana, el le habló sobre sus proyectos junto a ella, giro hacia él, tenía colocado unos anteojos oscuros y en sus manos una cajita, Ábrelo, le dijo.
El hizo caso, abrió la caja y se le erizaron los pelos, aquellos ojos que tanto terror le tenía estaban alli, volvió a ver a su amada y ella tenía unos ojos inmoviles de vidrio....
Que has hecho!! grito....
Ese es mi regalo de bodas mi amado!

Este es un cuento por supuesto, creo que por mas hermosamente endiablada sea la mirada de una mujer, un hombre siempre podría mirarla a los ojos ,si existe amor, y creo que ninguna mujer haría tal sacrificio por su amado, recordé esta historia al coger mi lapiz y dibujar Los Ojos de Lina.


Autor: Raúl Pasos
Página Web: http://www.raulpazos.com/